Arzobispo le exhorta al Gobernador que no imponga impuestos

12/26/2014

Por: Redacción Presencia
presenciaregional@gmail.com

SAN JUAN- El arzobispo de San Juan, Roberto Octavio González Nieves, exigió al gobernador Alejandro García Padilla que no le imponga más impuestos a la clase pobre y trabajadora del País.

Arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves (Foto/Suministrada)
Arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves
(Foto/Suministrada)

“Tenemos muchas personas que debido a los altos costos de vida no pueden pagar los servicios básicos de luz, agua, o pagar sus medicinas, visitas a los médicos o servicio de gas. Creo que llegó la hora de acabar con la práctica de más impuestos que afecten a los pobres. La reforma contributiva no debe contemplar impuestos en las medicinas ni en los alimentos. Esto haría más pesado el yugo y la carga a nuestros pobres, mujeres y ancianos. Los impuestos son cargas, y para aliviar la carga de los pobres, de los afligidos es Jesús vino en la Navidad”, dijo González Nieves en un comunicado de prensa.

También hizo un llamado a exigir la abolición de las leyes de cabotaje: “Debemos de desarrollar una economía solidaria en la cual cada ciudadano aporta proporcionalmente de acuerdo a sus ingresos, las corporaciones y compañías foráneas contribuyan mucho más al desarrollo económico del País; y, por razones morales, nuestro pueblo, como el protagonista de su historia, debe de exigir la abolición de las leyes de cabotaje, con han sugerido líderes de diversas ideologías política”.

El Arzobispo expresó que en el acontecimiento de la Navidad, “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Aquella Palabra que lo hizo todo (los planetas, las estrellas, el sol, las aguas, las plantas, los animales y, finalmente, al ser humano, cumbre de todo lo creado), aquella Palabra que le hablaba a Abraham, que le habló a Moisés desde una zarza, que se sentía pero que no se veía, ahora no solo tiene rostro humano y es visible, sino que está cercana, está en medio nuestro. Aquella Palabra, en Jesús, ahora se escucha, se ve y se siente”.

En su homilía acentuó que “en Jesús encarnado, Dios nos revela su rostro que jamás hubiésemos descubierto ni hubiésemos podido imaginar. Ha sido Jesús quien nos ha revelado el rostro de la misericordia de Dios, ha sido Él quien nos ha dicho que debemos amar, perdonar, ayudar, socorrer, servir, vendar corazones, nutrir. Ha sido Jesús quien nos ha dicho que viene a buscar a los extraviados, quien nos ha dicho que no debemos lanzar piedras a los que pecan, sino orar por ellos. Sin Jesús, sin su  Navidad, no hubiésemos tenido Eucaristía, estuviésemos desprovisto de su agua viva, de su Cuerpo que es verdadera comida, de su Sangre que es verdadera bebida”.

Reflexionando sobre la pobreza de Belén, el Arzobispo dedicó parte de su homilía para hablar sobre la situación de los pobres en Puerto Rico: “La fiesta de la Navidad es la fiesta de la cercanía, de la visibilidad de Dios, es fiesta del amor, de la paz y la justicia. Pienso qué hubiese sido de los pobres del mundo si no hubiese acontecido el misterio de la Navidad. No fue por casualidad que el ángel del Señor fue a comunicar la alegría de la Navidad y la salvación a unos pobres pastores”.

“La navidad nos debe llevar a fijar la atención en los pobres. No solo Jesús se identificó con los pobres y sencillos al nacer (padre obrero, madre humilde, sencillos pastores, sin lugar para nacer, ciudad pequeña), sino que vivió entre ellos, los alimentó, los curó, los exaltó, nos pidió atenderlos, vestirlos, alimentarlos, visitarlos. Si perdemos el contacto con nuestros pobres y necesitados, perdemos el verdadero sentido de la navidad y nuestras alegrías serían a media y superficiales; se habrán encendido en Puerto Rico muchas luces, pero pocos corazones”, concluyó.