Misión de amor: Brindan clínica de salud visual humanitaria en RD

28 Apr

Vicente Toledo Rohena
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Mientras otras naciones y países piensan en posibles conflictos bélicos, en Puerto Rico se busca impactar a otros, de manera positiva. El pasado 9 y 10 de abril de 2017, integrantes de la facultad y estudiantes de la Escuela de Optometría de la Universidad Interamericana, realizaron una clínica de salud visual humanitaria en un lugar de mucha necesidad y pobreza, Monte Cristi en República Dominicana. Este poblado, queda colindante con la frontera de Haití. Personas de diversos lugares, gran parte de ellos caminando largas distancias, aguardaron pacientemente por las evaluaciones de la iniciativa de salud visual que impactó a 578 personas. Monte Cristi es una de las 32 provincias de República Dominicana con una población estimada en más de 100,000 habitantes.

(Foto/Suministrada)

Durante la clínica de salud visual humanitaria en Monte Cristi, República Dominicana se impactó a 578 personas.”

“Es un lugar que colinda con la frontera de Haití. Una población de mucha necesidad y pobreza. Gran cantidad de estas personas viajaron desde lejos para llegar a las clínicas para recibir los servicios de optometría. No tienen la manera de costear servicios de salud, no tienen los medios”, señaló Damaris Pagán Torres, decana de Asuntos Clínicos de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.

Durante el operativo de salud visual se realizó evaluaciones de fondo de ojo para detectar condiciones como glaucoma, cataratas, retinopatía diabética e hipertensiva y cirugía de pterigio.

“Poder ofrecer la ayuda libre de costo para estas personas, fue de gran satisfacción para todos lo que viajamos a Monte Cristi. Por ejemplo, se realizaron cirugías de perillo que es un procedimiento altamente costoso. Probablemente tiene un costo de $1,500 por ojo, lo que significa que no está a su alcance”, detalló Pagán.

La ofensiva médica recibió el apoyo de la Oficina General de Desarrollo Fronterizo y la compañía estadounidense VSP, esta última, donó monturas y espejuelos para las personas examinadas. También, se realizó evaluaciones para adaptación de prótesis oculares.

“Estaban agradecidos y receptivos. Con la disposición de cooperar y esperar. Pasamos largas horas de trabajo, pero todo por un objetivo que teníamos claro… ayudar a brindar lo mejor de nosotros. El aspecto más importante de esta experiencia, fue tener la oportunidad de hacer la diferencia en la vida de esas personas. Mejorar su calidad de visión y ofrecerle un poco de luz… dentro de lo que Dios nos ha permitido hacer dentro de la profesión de optómetra. Fue una experiencia inolvidable para todos los integrantes de la facultad y los 17 estudiantes que nos acompañaron”, terminó diciendo la decana.