Palabra del Día: Gozo en las pruebas

29 Oct

Por: Livio Ramírez

No hay ninguna parte en la Biblia que enseñe que estamos exentos de las pruebas. Sin embargo, la Palabra de Dios garantiza que si confiamos en Cristo, podemos hacer frente a éstas.

Los seres más conmovedores son aquellos que, en medio de las aflicciones se ahogan en un mar de autocompasión. Las pruebas son para nuestra edificación y desarrollo cristiano, pues según las Sagradas Escrituras, éstas ayudan a bien a los que aman a Dios. Las pruebas deben llevarnos más allá de la prueba misma, tratando de determinar las metas supremas de Dios, y la enseñanza que Él está tratando de darnos al permitir la prueba.

No debemos esperar una vida fácil. La persona que conoce la Biblia sabe que en ella la vida cristiana es comparada a una guerra, y las guerras no son fáciles. Recordemos que el Señor Jesús nos advirtió que en el mundo tendremos aflicciones.

La vida puede parecer que carece de valores en los momentos de prueba, pero Dios nos garantiza que en medio de las pruebas, la presencia de Cristo se hace real y permanente. Él es la Roca inmovible, nuestro refugio, la Piedra Angular sobre la cual se puede reconstruir la vida. Puesto que Cristo vive, no tenemos que desesperarnos. No importa cuál sea la situación, Él nos da gracia abundante para soportar las pruebas. En nuestra debilidad, Él nos hace fuertes. Cuando el apóstol Pablo pedía ser liberado de una terrible prueba, Dios no se la quitó, sino que lo consoló, diciendo: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. (2 Cor. 12:9)

Los primeros cristianos pudieron experimentar gozo en sus corazones en medio de grandes pruebas porque jamás olvidaron lo que Cristo tuvo que padecer para obtener su salvación. Los creyentes pueden regocijarse en medio de las tribulaciones porque tienen a la vista los valores de la eternidad. Cuando en medio de las pruebas alabamos al Señor, éstas se tornan livianas y pasajeras. Es en medio de la alabanza y la adoración a Dios que el Señor manifiesta su poder, trayendo al corazón la paz que necesita. Es allí donde la prueba se transforma en bendición.

El que sufre se sentirá bendecido, si en medio de la prueba puede elevar su rostro al Señor, en un espíritu de alabanza y adoración, y sentirse agradecido por su amor eterno, y por su constante presencia. El Señor Jesús prometió a los que le aman que en medio de las aflicciones, Él estará presente. Por debajo de todas las aflicciones, estarán las aguas de reposo que da el Buen Pastor.

El apóstol Santiago nos exhorta: Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. (Stgo. 1:2-4)