Sobreviviente de una masacre

25 Feb

Por: Moraima Oyola
moraimaoyola@yahoo.com

Durante nuestra trayectoria por la vida conocemos personas que impactan nuestras vidas por sus deseos de vivir. Mizraim “Junito” Rodríguez es una de estas.

foto MaraimaDesde niño soñó convertirse en un pelotero de grandes ligas, sin embargo su vida dio un giro inesperado. Tomó malas decisiones y escogió amistades equivocadas las que lo llevaron a soñar con convertirse en un narcotraficante.

A sus 18 años vivió una de las experiencias más dolorosa convirtiéndose en el único sobreviviente de la masacre del 1999.

En un día común se encontraba en un apartamento junto a diez personas cuando llegaron unos enmascarados y comenzaron a disparar. En segundos vio todo rumbo abajo pensando que ese era el final de su vida. Sus piernas temblaban y su corazón palpitaba al ver a todos sus amigos muertos en un baño de sangre.

El dolor fue inmenso al ver pedazos de piel en las paredes pero tenía que luchar por su vida. De inmediato corrió a esconderse a una habitación cuando de repente se encontró de frente con uno de los asesinos quien sin ningún tipo de piedad le disparó en un brazo, rodilla y en el centro del pecho moviéndole el corazón de lugar.

Cuando cae casi moribundo recordó las palabras de su madre que siempre le decía “Aún en el último minuto de vida, clama a Dios”. En ese instante le hizo una promesa al Creador de alejarse de todo si le permitía continuar viviendo.

Junito vivía en rebeldía con su padre porque constantemente lo aconsejaba, sin embargo fue él quien en la ambulancia iba cubriendo el corazón de su hijo.

De ser un joven hundido en un mundo negativo, hoy dedica su vida a rescatar personas que están en el valle de sombra y dolor. Enfrentó la misma muerte y está en pie de lucha porque todavía no ha sido creada el arma que pueda destruir a alguien que ha sido escogido por Dios…

Pasos para apoyar el proceso de recuperación

Mantén la objetividad. Cuando se trata de un ser querido se nos hace muy difícil mantenernos objetivos en este proceso de recuperación. En la mayoría de los casos el familiar tiende a crear alianza con la situación de la persona que está en este proceso de cambio y no brinda herramientas certeras porque tiende a proteger y no a proceder.

Mantenga pensamientos claros que no sean manipulados en ningún momento, y a no ser de se desempeñe en algún campo de la conducta humana, busque ayuda de alguien que tenga las herramientas para trabajar la situación.