Agradecido

09 Apr

Por: Apóstoles Iván García y Amarylis Ramos/ Para Presencia

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”

Filipenses 4:6

¿Qué te preocupa: familia, salud, finanzas, el futuro? ¿Quizás te urge resolver algún problema? ¿Cuál es tu actitud frente a las circunstancias?

Preocuparse es meditar negativamente en el problema. Por eso, no estés preocupado por nada, antes necesitas meditar con fe la Palabra recibida. Pon tu carga en las manos de Dios; ya no la lleves tú.

Ocúpate de la situación pero confiando en Dios. Haz lo que debas hacer pero apoyado en la Palabra de fe y dale gracias al Señor. Es voluntad del Padre que seamos agradecidos. Que demos gracias “en” todo (no “por” todo). Tú no agradeces por lo malo porque lo malo no viene de Dios nunca. Por eso, nunca puedes agradecer por una enfermedad; agradece porque Dios te ha provisto la sanidad.

“Amados hermanos míos, no erréis. Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” Santiago1:16-17 Dios te ama. Él es bueno todo el tiempo. Tú agradeces porque sabes que de allí saldrás triunfante, te levantarás en victoria. Incluye agradecimiento al orar porque confías de antemano que la respuesta será positiva.

Rechaza toda murmuración y queja, agradece porque viene algo bueno. Y es voluntad de Dios que sea agradecido también con quienes lo rodean. Da gracias a Dios con tus labios y actitudes, en todo lo que hagas. Practícalo y disfrutarás la recompensa.

Oración: Padre gracias por Jesús, por tu Espíritu Santo, por tu Palabra y tus preciosa promesas que en Cristo ya son una realidad para mí. Caminaré confiado en ti. Rechazo todo afán, toda preocupación, ansiedad, temor, queja y murmuración. Seré agradecido porque me llevas siempre de triunfo en triunfo. En el nombre de Jesús. Amén.