El liderazgo que transforma adversidades – IV (Ayuda y Acción)

23 Jul

Por: Juan Fernando Cruz Torres
Conferenciante internacional-Autor-Empresario

Puedo admitir sin reserva ninguna que, cuando era muy joven era mucho más ignorante. Recuerdo que para mí reconocer que no sabía acerca de algo o que necesitaba ayuda era señal de ignorancia y debilidad. El principio que quisiéramos compartir en esta ocasión del libro: ACTITUD: La diferencia entre ser parte del problema o ser parte de la solución es: “TENER PROBLEMAS NO ES EL PROBLEMA, NO BUSCAR AYUDA ES EL PROBLEMA”.

Juan Fernando Cruz Torres, conferenciante internacional, escritor y empresario. (Foto/Suministrada)
Juan Fernando Cruz Torres,
conferenciante internacional, escritor y empresario. (Foto/Suministrada)

Cuando confrontamos situaciones que ponen a prueba nuestro carácter, determinación y fe, es importante no convertirnos en cómplices de nuestra propia desgraciaguardando lo que conocemos como el doctorado en “De eso sé yo” que a veces limita nuestro crecimiento y bienestar.

Mi experiencia es que, “A mayor sabiduría, mayor conciencia cobramos de nuestra propia ignorancia”.  Algo que he aprendido es a buscar y solicitar ayuda de otros. Al igual que tú he tenido que confrontar muchas situaciones desafiantes y mi experiencia es que, a mayor nivel que aspiremos de realización, mayor cantidad de retos enfrentaremos y mayor ayuda necesitaremos.

Con el pasar del tiempo, aprendí que me iría mucho mejor, si hiciera caso a la exhortación bíblica que dice; “Pe­did y se os dará, tocad y se os abrirá, buscad y hallaréis”.  No debemos temer en pedir sabiduría de lo alto. Por lo que debes considerar el poder de la oración, ¡funciona!

Ahora, si importante es buscar ayuda, importante es que la busquemos en el lugar o de la persona idónea. Hay que buscar orientación incluso, en más de una fuente. La Biblia nos exhorta diciendo “Más en la multitud de consejeros hay seguridad”.Si hay algo de lo que no debemos pecar en la era de la informática es de tomar decisiones estando faltos de información. Como lee el dicho pueblerino, “Para que falte que sobre”. Napoleón Bonaparte, inspirado en la Biblia dijo en una ocasión a este respecto: “Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado”.

Hay veces que una crisis llega a raíz de experimentar una pérdida de algo altamente valioso y estimado por nosotros como puede ser un ser querido, un trabajo, un negocio, una relación sentimental o la salud.  Cuando esto sucede, es importante entender que existe un proceso y etapas que debemos superar satisfactoriamente.

Conocedores del tema, como lo es la Dra. Elizabeth Cüble-Ross, señalan que parte del mismo puede incluir:

  • Negación-Frustración e ira- Negociación y regateo-Tristeza-Aceptación.

El no movernos a buscar ayuda nos hace más propensos a ex­perimentar fatiga y desgaste tanto emocional como físico, a que la culpa y el miedo nos dominen, y nos inhabiliten para resolver la situación. En resumen, al buscar y recibir ayuda:

  • Mantenemos la justa perspectiva de la vida.
  • Dividimos el peso de las cargas y aligeramos el paso.
  • Aumentamos la sabiduría y conocimientos e identificamos opciones.
  • Nos crecemos ante las circunstancias.
  • Descubrimos que hay vida más allá de…

Vivimos en una era y cultura que se le rinde culto al triunfalismo. Se venera  el estar saludable, tener una situación financiera holgada y una familia feliz. Dicha cultura, a veces disfrazada de religiosidad, glorifica a la súper fe que predican algunos, y no admite que cometamos errores y experimentemos reveses. Para estas personas, experimentar caídas, divorcio, depresión o desaliento es sinónimo de falta de fe, de estar en desobediencia o en pecado.

Demos gracias a Dios que a él no necesitamos impresionarlo con nuestra obediencia, éxitos y aparente infalibilidad y santidad. Si bien es cierto que: “Él honra a los que le honra” yo he podido constatar que: “Aunque nosotros seamos infieles, Él permanece fiel”. Por tanto,procuremos vivir una vida que agrade a nuestro Creador, con la certeza de que su gracia nos cubre y acompaña.

Si conoces a alguien, o si tú mismo estás experimentando situaciones adversas, ya sea financiera, familiar, de salud o de cualquier otra índole, recuerda que: “TENER PROBLEMAS NO ES EL PROBLEMA, NO BUSCAR AYUDA ES EL PROBLEMA”. Dios nos invita a que acudamos a él con fe cuando nos exhorta: “Clama a mí y yo te responderé y te mostraré cosas grandes y maravillosas que tú no conoces”.