Planifican expandir los viveros de carruchos en la Isla

08 Jun

NAGUABO – A raíz de la sobrepesca y los daños que han ocasionado los huracanes en las costas de Puerto Rico, la cantidad de carruchos ha disminuido significativamente en la Isla. Como medida para erradicar esta problemática se estableció el Centro de Acuicultura de Naguabo con el propósito de proveer mariscos sustentables, mejorar las oportunidades económicas en las comunidades costeras y aumentar la educación sobre la acuicultura.

En el vivero trabajan con los carruchos desde la etapa que se encuentran en el racimo de los huevos hasta que llegan a la etapa juvenil para luego ser liberados en su hábitat natural para ayudar a restaurar la población.

“Estamos tratando de repoblar y ayudar a la población de carruchos que al momento han disminuidos por la pérdida de hábitat y los huracanes, además, de que en el Caribe es una de las pesquerías más importante”, informó la gerente de acuicultura del Centro de Acuicultura de Naguabo, Edna Díaz.

La meta de producción de carruchos para el Centro de Acuicultura de Naguabo es de 2,000 o más al año. Para poder ejercer las funciones del vivero la inversión es aproximadamente de $200,000 anuales.

 

Cabe destacar que el Centro es el único vivero de carrucho en Puerto Rico, y tienen planes de construir dos laboratorios móviles, uno ubicado en el municipio de Cataño y el otro en Mayagüez. También, trabajan con vegetales marinos donde los cultivan para utilizarlos en la restauración de las costas.

Según Díaz, “se está trabajando con chef locales de restaurantes para crear nuevas recetas y añadirlos a los platos”.

Los carruchos son herbívoros, sirven como pieza clave para el balance en el ecosistema marino, viven en las praderas de thalassia (yerbas submarinas) y se alimentan de las epífitas que crecen encima de las praderas manteniéndolas limpias.

En Puerto Rico existen leyes que prohíbe la pesca del carrucho en aguas jurisdiccionales desde el 1 de agosto al 31 de octubre de cada año, debido a que en estas fechas los carruchos están en temporada de reproducción.

Asimismo, el tamaño legal de pesca es de 9 pulgadas y el espesor del labio, parte inferior del casco de los carruchos, tiene que ser mayor de 3/8 de pulgadas.

Un dato curioso sobre los carruchos es que cuando llegan a la adultez dejan de crecer de ancho, sin embargo, su edad se va a notar en el grosor del labio que aumenta con el pasar de los años.

Por otro lado, es importante que para el beneficio del ecosistema marino que las personas no deben llevarse los cascos de los carruchos o caracoles vacíos, debido a que al desintegrarse forman parte de la arena.

“Los cascos están hechos de carbonato de calcio que es un material que se encuentra en la arena, así que no es buena idea llevarse los que encuentran vacíos en la playa, ya que con el tiempo se desgastan con el oleaje y el viento, volviendo a ser partículas pequeñas y formar parte de la arena”, indicó la bióloga de investigación, Paola Soto Mayor.

En el 2021 se comenzó a bombear agua por primera vez en el Centro de Acuicultura de Naguabo y a traer huevas de los carruchos. Para lograr este proyecto es importante la colaboración de los pescadores de la comunidad. Una de las especies de carruchos que tienen en el vivero son los Aliger Gigas.

En el 2018 el director ejecutivo de Conservación Conciencia, Raimundo Espinoza y la profesora de Florida Atlantic University, Megan Davis, quien lleva trabajando 40 años con la conservación de carruchos en el Caribe y en Florida, se reunieron y presentaron una propuesta para la creación de un vivero de carruchos en Puerto Rico. El proyecto surgió en colaboración de Villa Pesquera y Conservación Conciencia.