Redención y Resurrección

31 Mar
(Foto/Archivo)

Por: Fernando Álvarez

Los cristianos de todo el mundo conmemoramos en esta semana los eventos de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, el Cristo. Reflexionamos sobre su misión redentora que restauró la relación entre Dios y el hombre rota por el pecado del primer Adán.

Nuestra reflexión nos lleva recordar lo que Él estuvo dispuesto a hacer por nuestra salvación: cómo se expuso a persecución durante todo su ministerio, predicó sobre la redención, realizó sanaciones y portentos para que conociéramos al Dios detrás de los milagros, llevó consuelo a los afligidos y descanso a los abatidos.

El jueves de su última semana celebró con sus discípulos la Cena de Pascua, compartió con ellos ejemplos del valor del servicio y les enseñó la virtud del Amor dándonos como nuevo mandamiento que nos amemos unos a otros como Él nos amó. Nos dio a comer de su cuerpo y beber de su sangre (Pan y Vino) para que luego lo repitiésemos en su memoria.

Esa noche, luego de la cena fue traicionado por uno de sus allegados, quien lo entregó a las autoridades del Templo, donde recibió un juicio ilegal e injusto, abofeteado y maltratado, declarado blasfemo y reo de muerte. A la mañana siguiente lo llevan ante el procurador romano Poncio Pilatos; allí es azotado, torturado y desangrado con suma crueldad. Luego es devuelto a las autoridades judías para ser ejecutado por crucifixión a pesar de no haberse hallado causa en Él. Fue crucificado en el monte de la Calavera (Gólgota) a las afueras de Jerusalén, donde luego de tres horas de agonía en el madero falleció. Se completó el sacrificio del Cordero de Dios para expiación de los pecados del mundo.

Pero ahí no terminó todo. Al tercer día (domingo en la mañana) ocurre el evento más extraordinario: su gloriosa resurrección de entre los muertos, dejando la tumba vacía en señal de su victoria sobre la muerte y el camino a la Vida Eterna; dando autenticidad y veracidad a nuestra fe.

Amigo lector, te invito a que en esta semana leas y medites en los Evangelios sobre estos hechos que te he expuesto para que conozcas más sobre Jesús, nuestro Salvador.