Reflexión: De mi, para ti

25 Dec

(Foto/Archivo)

Por: Jaime Gutiérrez

De mi para ti es la marca del regalo que damos, del paquete que entregamos o del sobre que enviamos a alguien que queremos mucho en cualquier temporada. Pero en la que estamos, esa marca se multiplica por millones en todo el mundo, y es que en navidad es una de las épocas o tiempos donde más regalos se entregan,  y celebramos este tiempo con muchas dádivas hacia nuestros seres queridos, cercanos y hasta desconocidos.

Todo tipo de regalos llegan a nuestras vidas, materiales, espirituales y algunos sin categoría alguna y los recibimos. Para los regalos de navidad, muchas veces nos damos el lujo y el privilegio de pedirlos, porque queremos recibir lo que nos gusta aunque sea un poco exagerado, porque pensamos que lo merecemos, recibimos también más de lo que esperamos y somos sorprendidos de cuando en cuando.

1 Samuel 2:6 dice “Jehová mata, y él da vida; Él hace descender al Seol, y hace subir.” Después de recibir lo que pedía a Dios, Ana fue sorprendida, ella pedía un hijo pero recibió vida, su aflicción fue quitada, recibió alegría y fue levantada su cabeza, la humildad de su pedido y su entrega en la oración movieron el corazón de Dios para concederle lo que pedía y mucho más. No se si usted recuerda al rey Salomón que también fue sorprendido al pedir sabiduría y le fueron dadas además riquezas y honra. Cabe ahora preguntarnos ¿qué y cómo estamos pidiendo? ¿Estamos recibiendo lo que pedimos?

En Job 1:21, podemos ver cómo Job, después de perderlo casi todo, riquezas e hijos, pudo reconocer en el tiempo malo que todo proviene del Señor pues dijo “Jehová dio y Jehová quitó”, y en su tiempo recibió más y hermosos hijos, honra y las riquezas le fueron multiplicados.

Qué decir de las cosas espirituales? En el libro 1 de Corintios en los capítulos 12, 13 y 14 están plasmadas las cosas más espirituales que podemos llegar a tener, los dones y los regalos que Dios reparte como quiere y a quien quiere, aunque los pidamos en específico, el Espíritu Santo lo hace a su manera, y dicen las escrituras que son para provecho, es decir que lo que recibes espiritualmente es para nuestro bien, el de nuestras casas y el de nuestras comunidades, esos regalos son útiles en gran manera para sanar, hacer milagros, profetizar y tener fe, aunque Pablo nos quiere mostrar qué hay cosas más excelentes que estas y se refiere al amor, diciendo que el amor todo lo puede. De nada nos sirve tener todas las riquezas, hijos, todos los dones espirituales si no tenemos amor. Las escrituras nos enseña que sin amor nada somos y de nada sirve lo que tenemos.

Todas las cosas terminarán, se acabarán, cesarán, pero permanecerán la fe, la esperanza y el amor y la palabra del Señor nos muestra que lo más grande y lo mejor de todo, es el amor. Así que mi amigo y amiga que estás leyendo estas líneas, quiero decirte que si lees o te leen estas líneas ya has recibido uno de los mayores regalos que se pueden recibir; la vida, que puedes aplicar ahora la escritura que dice que más bienaventurados es dar que recibir, que el mejor regalo que podemos dar en este tiempo es amor, entonces hoy y en esta navidad regala una sonrisa, un abrazo, perdona, reconcíliate con tus padres y hermanos, consigue la paz con todos. Sorprende a todos dando más de lo que esperan, manifiesta él amor que ya ha sido puesto en ti, así estarás regalando lo excelente y diciéndole a todos que tienes a Dios en ti y en tu corazón, estarás dando el mejor regalo del mundo que es Dios, porque Dios es amor y salvación. Damos gloria al que nos nació, nos ama y vive para siempre.

Les deseamos las más grandes bendiciones en estas fiestas, salud, prosperidad y el amor del Señor en sus vidas y de los que aman.

De mi, para ti.