Reflexión: Hago hoy mi parte

25 Sep

(Foto/Archivo)

Por: Jaime Gutiérrez Mora y  Carol Andrea Garnica

Pastores de Jóvenes

Misión Cristiana Torreón Fuerte   –   Medellín, Colombia

En el trascurso de la vida del ser humano, en su desarrollo, tenemos varias etapas que van desde la  niñez hasta llegar a la de adulto mayor. En medio de ese desarrollo está la juventud, quizás la etapa más bonita de la vida o la más traumática, pero es allí donde se toman las decisiones más importantes. Esta etapa puede verse marcada por sucesos desagradables y dependiendo de dónde vivas de influencias negativas que pudieron o pueden arrastrar tu vida a cosas negativas o malas que ensucian la vida del joven.

En Salmos 119:9 encontramos que la palabra dice ¿con qué limpiará el joven su camino? El camino del joven hace referencia a su vida, a un recorrido que tiene desde un punto de su vida, hasta otro, podríamos hablar desde su nacimiento hasta su muerte, o bien podríamos identificarlo desde cierto momento en el que se tiene conciencia de lo bueno y lo malo o de lo limpio y lo sucio.

Cabe hacernos la pregunta entonces de: ¿Es el camino del joven sucio? ¿Por qué las sagradas escrituras hablan de limpiar su camino? En la juventud hay decisiones trascendentales que tomar, situaciones que afrontar, cosas a las que se tienen que decir simplemente no, aunque parezcan o se  vean muy apetecibles, porque es aquí donde podemos fracasar o contaminarnos muy fácilmente si nos dejamos llevar por nuestros impulsos, si permitimos que lo malo salpique nuestras vidas de lodo, de lo sucio, de pecado.

El salmista entonces quiere dirigirnos y nos invita a avanzar por un camino limpio guardando la palabra de Dios que no es más que poner en practicar los principios y los valores que ella enseña. Nos invita a ser hacedores y no sólo oidores o lectores de estas líneas, nos quiere decir que leamos, llevemos la palabra al corazón, meditemos en ella y que hagamos lo que es debido, lo que es limpio y puro, a que acompañemos nuestras creencias y nuestra fe con hechos reales.

Dios en su palabra nos hace conocer cuál es el camino correcto, nos ayuda a limpiarnos y nos da las fuerzas para la toma de decisiones, nos da instrucciones precisas de lo que debemos hacer para alcanzar sus bendiciones y que llevemos una vida limpia, sin mancha y pura que es lo que Él busca y por lo que viene. Por eso es que te invito hoy a que leas la palabra, pienses en ella de día y de noche y a que digas hoy hago mi parte.

Dios bendiga tu vida y te ayude a andar en sus caminos que son limpios y rectos.