Reflexión: La ira de las tinieblas

06 Feb

(Foto/Archivo)

Profeta-salmista Louis Nuñez
Israel con Fuego Puro, Venezuela

La ira de las tinieblas es algo constante que existe desde que Dios ha expulsado a Lucifer del reino de los cielos. Desde ese momento hemos sufrido la ira de las tinieblas sobre nosotros, por eso Eva fue tentada, por eso hemos sido expulsados del jardín del Edén condenados a vivir una vida en dolor y sufrimiento, todo porque hemos estado bajo la ira de las tinieblas, pero ¿aún seguimos bajo esta ira?

La humanidad aún sigue bajo esta ira, pero eso no quiere decir que aún debemos hoy en día vivir con miedo de la ira de las tinieblas. Cuando aceptamos a Jesús en nuestras vidas y nos entregamos por completo a él ya no debemos tenerle miedo a la ira de las tinieblas, pues con Jesús en nuestras vidas tenemos el escudo de protección contra todo el mal, tenemos las armas para luchar y vencer la ira que las tinieblas tienen sobre nosotros, así que no tenemos el por qué tenerles miedo.

Aún así, hoy en día podemos ver como muchas personas se asustan o se esconden cuando ven una obra de hechicería y tienen miedo de que eso les puede hacer algún mal. Las personas tienen miedo de que algo por la noche se mueva o de ver una sombra pasar, es normal sorprenderse al ver algo así, pero la verdad es que no tenemos el por qué tener miedo a estas cosas, pues las tinieblas no tienen autoridad sobre los hijos de Dios, es Dios quien tiene autoridad sobre ellas.

Las tinieblas quieren hacernos dudar del poder de Dios, nos quieren hacer que pensemos que nos pueden hacer daño, que son más fuertes que cualquier cosa que hemos visto y la verdad es que ellos a nosotros no nos pueden hacer nada, lo único que nos daña y nos puede hacer algo es el pecado, pues el pecado es la única cosa que nos puede destruir si lo permitimos.

Una oración puede hacer milagros en nuestras vidas. Así que no caigas en la trampa de creer que por hacerte algún ritual o simpatía esa cosa va a ayudarte en algo, porque esa es la trampa del enemigo para engatusarte en sus obras ocultas en cosas que se dicen “buenas o de protección”. Si tienes a Dios en tu vida estarás más que protegido, de la ira de las tinieblas y de cualquier obra de brujería que esté en contra de ti o de tus seres queridos.

Lo importante es centrarnos en querer ser restaurados y transformados por Dios y él entonces nos limpiará con la sangre de Cristo, y no habrá puerta cerrada que se volverá a abrir al pecado una vez esté hecho en nuestro interior.

En resumen, si nos ajustamos a una vida cercana a Dios con oración no tenemos por qué tener miedo a la ira de las tinieblas, pues nada podrán hacer ellos contra nosotros. Intentarán amenazarnos, amedrentarnos, intentarán hacernos creer que ellos pueden hacer algo contra nosotros, pero la verdad es que ninguna tiniebla puede hacerle daño a un hijo de Dios, Dios no lo permitiría él como nuestro padre nos protege con mucho amor y celo.

Ahora sabemos lo que tenemos que hacer para rectificar y protegernos de verdad: buscar el socorro en Cristo, escudarse con su presencia, su palabra y meternos de cabeza en orar, orar y orar, porque esa es el arma más poderosa contra las tinieblas, la oración.