Reflexión: Palabra de mi viejo árbol

25 Oct
(Foto/Suministrada)

ZulmariNieves
Capellana,escritora y autora

El Siervode Jehová Isaías 42: 6, “Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por lamano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por la luz de las naciones, 7, para queabras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y decasas de prisión a los que moran en tinieblas”.

Me senté en la falda de mi viejo árbol. Haciendo lo testigo de mis pensamientos, distraídos y cargados por los pesares de la vida. Contaba con un amigo que guardaría mis secretos y deseos. Hasta que un día mi gran amigo árbol me hizo parte de una gran confección: “he vivido muchos años observando los pesares de la vida donde he tenido que aprender a sobrevivir ante mis más grandes depredadores. Yo, al igual que tú, he aprendido para poder seguir y continuar”. Observa lo alto que soy ya no logró ver las hojas en lo alto, pero si las siento gracias a mis ramas las cuales las sostienen. Mis raíces han crecido y me aferro a la tierra. He llenado de capaz mi tronco para poder cuidar mi frágil y húmeda piel. Las cosas que antes me molestaban ahora les doy cabida, y gracias a mí, ellas puedan continuar. Observa como me arropa una gran capa de limo verde. Las hormigas corren por mi tronco, haciéndome reír, las veo como trabajan de forma incansable. Espero todas las mañanas a las aves para gozar de su dulce canto y las cobijo ante las grandes lluvias. He tenido miedo de ser derribado por grandes máquinas cortadoras y ya no existir. Ahora, lo más que sufro es no poder darle vida a los que día a día me necesitan.

Tendrás que hacer crecer tus raíces en la tierra y ser firme. Y cuando hayas crecido

tan alto podrás sentir la unión del cielo y la tierra. Usa la palabra de Dios para protegerte de tus depredadores, pero nunca te llenes de amargura, utiliza las malas experiencias con sabiduría para el crecimiento de tu alma y ayudar a otros a la comprensión de la vida.

¡Qué reine la paz de Dios entre los hombres! ¡Un Dios de todos y para todos!