Reflexión: Una nueva oportunidad (Parte I)

28 Jan
(Foto/Archivo)

Pastor Eddy Batista
Ministerio Evangelístico Todavía Cristo Salva, Sana y Liberta

Que el amor y la paz de nuestro Señor Jesucristo reine en cada corazón en este día.

Hoy vuelvo a dirigirme a ti con el mismo propósito, y es para que seas bendecido de una manera sumamente especial. En el día de hoy queremos preguntarte: ¿Qué te faltó por hacer en el año que pasó? y ¿Qué ahora en este nuevo año tienes que terminar?

¿Sabías que el 60% de la humanidad tiene la costumbre de dejar a medias?; cosas que se proponen hacer o cumplir o quizás lograr cada año, proyectos, visiones, negocios, etc. y tal vez muchas cosas más, pero muy pocos no completan esa intención o esa meta que se propusieron en su corazón, y ahí es que vienen los desencantos, las frustraciones, los desalientos y los deseos de abandonarlo todo y no intentarlo jamás. Y creo entenderte, pero lo que no estoy de acuerdo contigo es en que abandones tus sueños, o lo que tanto has querido alcanzar simplemente por un tropiezo, o un resbalón. No, te exijo que lo hagas, que luches, que te pongas de pie.

La Palabra de Dios dice en 2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios, espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Ningún diamante que tiene valor está en el lodo; mientras está ahí metido no cuesta, nadie lo mira con deseo de tenerlo hasta el día que alguien lo encuentra y le da el lugar que se merece. Ese eres tú; tus ideas no solamente deben de estar en tus pensamientos, tu visión no es para tenerla escondida, sácala a la luz, demuestra lo que tienes. Este año es tu temporada, aprovéchalo y hazlo realidad. Si este año que pasó no tuviste la mejor motivación para completar tus planes, vamos, que este año es el tuyo.

Cada día de este año nuevo agrégale esa aventura, agrégale un propósito. Muchas veces pensamos que con decir “Dios ayúdame en el proyecto que tengo”, creemos que Dios está con nosotros y es un grave error, porque muchas veces lo que hacemos con eso es solicitarle un favor a Dios, y déjame decirte que es muy diferente decir “Dios ayúdame”, que decirle a Dios “quiero que seas parte de mi proyecto, quiero que seas parte de mis planes, dame las ideas, dirígeme cómo hacerlo, donde voy, que puerta toco”. Cuando haces esto, se refleja muy distinto y por esa razón es que viene un año y nos pasa por encima y no logramos nuestros objetivos, viene otro y todo sigue igual, nos detenemos, dejamos de luchar, dejamos de soñar y nos estancamos sin darnos cuenta.