Rehabilitación cardíaca y terapia ocupacional

27 Feb

Litzy Alvarado Antonetty

Cuando pensamos en salud vienen a nuestra mente conceptos como sentirse bien, ser capaz de cumplir con las tareas y demandas de cada día, y/o ausencia de enfermedad. Y muchas veces asociamos estos conceptos con tener un corazón fuerte y sano de modo que podamos realizar nuestras actividades diarias.

La rutina agitada y los hábitos alimentarios inadecuados adquiridos como respuesta a la carga de responsabilidades diarias que muchas veces nos restan tiempo para preparar alimentos en casa, son algunos factores que pueden afectar nuestra salud cardíaca.

En Puerto Rico cerca de un millón de personas padecen de condiciones cardíacas siendo la hipertensión o presión arterial alta la más frecuente. Y estas condiciones cardíacas están altamente ligada a nuestra gastronomía y estilo de vida (Cangiano, J. 2018). Es importante transformar nuestro estilo de vida con el fin de mejorar la función de nuestro corazón (regular la frecuencia cardíaca, y reducir la presión arterial y los niveles de colesterol).

Hay varios consejos que son muy útiles a la hora de decidir cuidar de nuestro corazón, y que debemos adoptar y practicar para revertir o minimizar los efectos que pueden presentarse cuando somos diagnosticados con alguna afección cardíaca. También es importante educar desde temprana edad a niños y jóvenes sobre estilos de vida saludable que harán que ellos cuenten con una buena salud cardíaca. A continuación, algunos consejos:

Controlar el peso corporal. Mantener un peso corporal adecuado a la edad y estatura.

Controlar la ingesta de bebidas alcohólicas. Esas tienden a aumentar la presión arterial.

No fumar. El tabaco y las toxinas que contiene son muy dañinos al cuerpo pues interfieren con una adecuada circulación sanguínea lo que trae otros serios problemas de salud.

Reducir la ingesta de sal. La sal contiene sodio, elemento necesario para la contracción del músculo del corazón. Pero éste no debe consumirse en altas porciones o cantidades ya que eleva la presión arterial lo que lleva, a su vez, a ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares (derrames cerebrales o CVA).

Hacer ejercicios. La Organización Mundial de la Salud (2020) recomienda a adultos entre 18-64 años de edad 150 min de actividad física a la semana, lo que es igual a 21 min por día. Estas actividades pueden incluir, pero no se limitan a: paseos a pie o en bicicleta, actividades ocupacionales como trabajo, tareas domésticas, deportes o ejercicios programados.

La Terapia Ocupacional contribuye a que las personas puedan realizar sus actividades diarias haciendo las adaptaciones necesarias. El rol del profesional de Terapia Ocupacional en la rehabilitación cardíaca es educar al paciente y su cuidador en el desempeño de las actividades del diario vivir considerando su condición cardíaca, y ofrecer modalidades de intervención basadas en evaluaciones individualizadas.

Para más información puede escribir al Colegio de Profesionales de Terapia Ocupacional al siguiente correo electrónico: cptopr10@gmail.com.