La Palabra del Día: El alfarero

23 Jul

Por: Livio Ramírez del Ministerio Dios Habla Hoy
www.dioshablahoy.org

Las Sagradas Escrituras comparan a un artesano ejerciendo sus funciones de alfarero con nuestro Creador. A todo artesano le agrada exponer sus obras de arte para que todos puedan admirar su trabajo. Sin embargo, no todos conocemos el proceso por el cual un pedazo de barro es transformado en una excelente vasija. Es muy probable que el artesano tenga que romper varias veces las piezas para poder lograr la obra de arte.

Asimismo, Dios desea que seamos barro en sus manos; pero para que esto pueda lograrse, es necesario humedecer primero con lágrimas el barro que representa nuestro ego. Por eso, si en estos momentos estás pasando por una situación difícil, recuerda que el Señor está preparando tu vida para realizar en ti una obra hermosa. El alfarero, luego de humedecer el barro, lo coloca en el torno para darle forma, Si en estos momentos tus planes no te salen según los visualizaste, es posible que el Señor esté permitiendo que seas colocado en el torno, para que en vez de tu voluntad, se haga su voluntad.

En el trabajo de artesanía, luego de la pieza haber tomado forma, hay que pulirla para removerle los excesos.

Si es que te consideras cristiano, pero aún afloran en tu carácter, actitudes de tu naturaleza pecaminosa, el Señor permitirá que seas probado para poder remover de ti lo que tiene que ser quitado. Si te dejas quebrantar, el Señor romperá el vaso, y comenzará una transformación total de tu vida. La pieza de artesanía es pintada y adornada para luego ser echada en el horno de fuego. De la misma manera, Dios nos da los frutos de su Espíritu; pero entones es cuando a veces surgen los problemas más difíciles; pero que podemos sobrellevar porque el Señor está con nosotros para fortalecernos, y darnos una salida victoriosa. Por eso, el Salmista dice: Pasamos por el fuego y por el agua, pero nos sacaste a abundancia. (Sal. 66:12)

En la obra de artesanía, luego de que la pieza es quemada en el fuego, finalmente estará lista para ser exhibida. Asimismo, luego de la prueba, es que nosotros podemos reconocer que somos como barro; que el Señor es nuestro alfarero, que nada somos sin Él; que simplemente somos siervos inútiles, y que todo lo que seamos y hagamos debe ser únicamente para la gloria de Dios. El Señor es nuestro Creador pero su obra en nosotros no ha terminado aún. Para que la obra pueda ser terminada conforme a sus propósitos, tenemos que ser moldeados por Cristo, nuestro alfarero.

El apóstol Pablo lo resume así: Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. (2 Co. 4:7)